El Penedès tiene una situación geográfica privilegiada, a medio camino entre Barcelona y Tarragona, entre mar y montaña. Su paisaje es cálido y harmónico, lleno de luminosidad mediterránea y un aparador donde dependiendo del lugar donde estés, se puede ver el mar, los Pirineos y, por supuesto, las montañas de Montserrat. La harmonía no sería completa sin su principal rasgo identificativo: la viña. La viticultura se ha convertido en un arte de trabajar la tierra que se ha transmitido con pasión de generación en generación. La cura con la que se trata la viña se complementa con los métodos tradicionales que se utilizan para elaborar cavas y vinos. Métodos tradicionales y cuidadosos con la viña y la bodega, pero siempre incorporando innovaciones que ayudan a avanzar sin perder la esencia. Las diferentes tierras, variedades de uva y esta forma de trabajar la tierra hacen del Penedès un territorio con identidad. Una identidad vitivinícola que se complementa con su cultura y patrimonio.